lunes, 25 de abril de 2011

Santo Entierro

Una tormenta hacía presagiar una tarde triste y gris de Viernes Santo. Con cuatro cofradías que no dejaban de mirar al cielo, que con 12 imágenes en la calle nada puede fallar. Pero los rayos y truenos se alejaron y tras un tensa espera a las puertas de la iglesia de El Carmen de Abajo, el paso de la Oración de Jesús en el Huerto de los Olivos se dirigía a la calle para abrir la primera de las salidas hacia la procesión general del Santo Entierro. Cofrades de capirote verde que temieron repetir la suspensión de 2009. Los hermanos enfilan hacia San Pablo con las cruces de Andrés Alén estrenadas para la ocasión.


Llega el turno para la Congregación de San Pablo, desde donde parte Jesús Rescatado, con su túnica morada bordada y sus devotos que alumbran con fe. Cientos de miradas observan cada paso de los hermanos de carga, emociones contenidas, abrazos. La Cruz con el sudario de Nuestra Señora de las Angustias asomaba minutos después. La tarde se oscurecía, miradas al cielo.




Y no hay mayor consuelo que toparse con la mirada de Jesús Nazareno, cargado con la Cruz. La lluvia hace acto de presencia, el plástico oculta sus ojos y el resto de las imágenes del paso, al igual que el Santo Entierro. ¿Qué hacer? Difícil decisión. Desconcierto, los pasos se resguardan cerca de la Plaza. En la Vera Cruz, el resto de pasos aguardan para salir. Allí, la cofradía estrena la restauración de La Caída, que luce como nunca gracias a las expertas y sabias manos de Isabel Pantaleón. La procesión general se inicia, de manera más pausada, ¿culpable? la lluvia. Y un año más, a su modo, se recrea la Pasión y Muerte de Jesús.


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