miércoles, 20 de abril de 2011

Calles llenas de fe

La piedra dorada de nuestras calles volverá a proyectar la sombra de cada paso: cruces, mantos, coronas. Y de aquellos que manifiestan su fe de una manera pública, con sus hábitos y capirotes, no importa el color, todos simbolizan lo mismo. Estos días se recrea la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Cada momento a su modo, primero con silencio y respeto, después, llega la tristeza de una Madre, y por último, la alegría del reencuentro. La Semana Santa de Salamanca es única, por su recogimiento y por su escenario. Calles llenas de historia y por las que con el paso de los siglos no pierden su esencia. Salamanca tiene que vivir esa fe. Los cofrades tienen que salir en procesión y arropar a sus imágenes y hermanos, no vale colgarse la medalla y quedarse en la acera. Nadie debería de perderse esta oportunidad única de vivir la fe, en la calle, con promesas de silencio que enmudecen en segundos a miles de personas o imágenes de Jesucristo y su Madre que despiertan sentimientos, lágrimas que caen a su paso. Eso es vivir con intensidad la fe. Detrás de cada procesión hay meses de intensa labor, de desvelos y de emociones. Un cofrade lo es todo el año. Piensa en su fe y también la transmite ayudando al prójimo. Las cofradías y hermandades no sólo resurgen en tiempo de Pasión, están vivas todo el año. Salamanca, ¡Ya se aproxima el Hijo de Dios en su Cruz, y detrás, va su Madre!. Todo ello envuelto con marchas creadas para marcar cada paso, para emocionar: Mater Mea, Reo de Muerte, Saeta...

No hay comentarios:

Publicar un comentario