domingo, 15 de mayo de 2011

El milagro de Carmona (Miércoles Santo)

La lluvia volvió a encoger los corazones de los hermanos de Nuestro Padre Jesús Flagelado. Paraguas abiertos en la calle. Llamadas a la estación meteorológica de Matacán, palabras de esperanza, la nube se dirige a otro destino. Las puertas de la Clerecía se abren con retraso. Toque de silencio. Los hermanos recuperan el color original del cordón de su medalla, el eminencia. Destaca el gran número de niños, cada año más. Los angelitos del Flagelado se asoman a la calle. Indicaciones del jefe de paso de Nuestro Padre. Aplausos, la bella talla de Carmona ya está en la calle. Imagen a tener en cuenta, desde la acera, se aprecia su anatomía, sus músculos y venas. Realismo del Flagelado.



Soledad de los Ángeles entona su habitual saeta, una voz que sale directa desde el corazón, desde su fe a una imagen y una hermandad que habita lejos de su morada: "Lo lleva con tal estima, al Señor de los toreros, su sudario por natura, que le va llevando al cielo. Saeta por granaina cuando va entrando en Libreros". Aplausos. La lluvia fina sigue empañando la noche. Miradas hacia la Clerecía, Nuestra Señora de las Lágrimas asoma al dintel. Claveles rosas embellecen la talla. La Banda de Alba de Tormes marca cada paso de los hermanos de carga.


La lluvia cesa, los hermanos respiran. Salamanca disfruta del Flagelado.


1 comentario:

  1. Me ha encantado el reportaje, está fenomenal, desde luego escrito 'desde el corazón', se nota y mucho el sentimiento. Enhorabuena por el blog.

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