Tampoco falta el coro, que interpreta polifonía religiosa, ni el Cristo de la Tabla, cargado por dos hermanos. Silencio. De luto charro se acercan las mujeres con su traje de ventioseno negro, o los cofrades que portan su túnica y sandalias de disciplinante. El cortejo también se completa con las tablas del Vía Crucis de Jerónimo Prieto. Silencio. Austeridad y sencillez.
La Semana Santa de Salamanca desde la mirada de una periodista con el corazón cofrade.
lunes, 25 de abril de 2011
Sepelio de Sábado Santo
No sería lo mismo la madrugada de Sábado Santo sin el Cristo de la Liberación y su salida de Fonseca. Silencio y luto. No hay banda ni agrupación, tan sólo el Trío Christus y los tambores sordos. Un hermano de la sección de la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz abre el cortejo fúnebre tocando silencio con dos campanillas. Detrás, la Cruz de Guía. Silencio y tristeza, se acerca el yacente.
Tampoco falta el coro, que interpreta polifonía religiosa, ni el Cristo de la Tabla, cargado por dos hermanos. Silencio. De luto charro se acercan las mujeres con su traje de ventioseno negro, o los cofrades que portan su túnica y sandalias de disciplinante. El cortejo también se completa con las tablas del Vía Crucis de Jerónimo Prieto. Silencio. Austeridad y sencillez.
Tampoco falta el coro, que interpreta polifonía religiosa, ni el Cristo de la Tabla, cargado por dos hermanos. Silencio. De luto charro se acercan las mujeres con su traje de ventioseno negro, o los cofrades que portan su túnica y sandalias de disciplinante. El cortejo también se completa con las tablas del Vía Crucis de Jerónimo Prieto. Silencio. Austeridad y sencillez.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario