Noche de emociones. Primero, al escuchar a las bandas tocar dos nuevas marchas dedicadas a estas imágenes: Postrado ante tu Cruz, para el Cristo de la Buena Muerte, y Amanecer de Esperanza, para la Virgen que alivia las penas y a la que se aferran los que pasan por un mal trago. Miradas que brillan de los que están a tu lado, corazones que laten a un nuevo ritmo, todo cambia cuando sale cada paso.
El tiempo se detiene en la madrugada, nadie echa de menos las horas de sueño robadas. Y en la Catedral aguarda La Piedad de Carmona, con un manto de claveles rojos que atrapa todas las miradas. Se suma al desfile procesional, y avanza hacia Libreros. Amanece. Los pasos alcanzan la Plaza. Y el ritmo de cada paso se acelera, el cielo se oscurece más y amenaza la lluvia. Regreso a Dominicos y despedida en el atrio. Corazones encogidos. La Piedad regresa a su morada, lejos de Jesús de la Pasión, el Cristo de la Buena Muerte y la Esperanza. Aplausos. Todo un regalo, gracias.
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